Sevilla es el destino perfecto para explorar algunas de las mejores rutas gastronómicas de Andalucía. Disfruta del atún en la ruta de la Almadraba en Cádiz, del jamón de Jabugo en Huelva o de los vinos y licores de la provincia de Sevilla
Alquiler de coche SevillaEl arte de pesca de la almadraba se viene haciendo de abril a junio en la costa gaditana desde hace más de 2000 años. La almadraba consiste en un laberinto de redes que se colocan en la costa a la espera de que pase el atún rojo desde el Atlántico al Mediterráneo. Es un método de pesca artesanal y sostenible que ha sobrevivido desde la época de los fenicios. La ruta se centra en las últimas almadrabas que han sobrevivido en los pueblos de Conil, Barbate, Zahara de los Atunes y Tarifa. La mayoría de los restaurantes de estas localidades ofrecen un menú especial centrado en el atún entre mayo y junio, incluyendo ruta de las tapas de atún y eventos gastronómicos similares. En Barbate, por ejemplo, se puede visitar el Museo del Atún y en Tarifa la conservera Herpac. Aquí puedes ser testigo del llamado ronqueo del atún, es decir, su despiece. Una faena bastante compleja ya que el atún es un pez de grandes dimensiones.
Toda la zona, desde Cabo Trafalgar a Punta Caraminal, ha mantenido una industria de salazón y conserva de pescado que tiene su origen en la época de los romanos. Además de atún, también trabajan con caballa y melva. La costa gaditana, además, es perfecta para disfrutar en esos meses de algunas de las mejores playas de España, como la de Bolonia. Si eres amante del surf o winsurfing, estás en la costa ideal para practicar este deporte entre tapas y montaditos de atún.
El producto más conocido y apreciado fuera de nuestras fronteras, el jamón ibérico de bellota, proviene de las dehesas de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche en Huelva. Con Denominación de Origen Protegida, el jamón de Jabugo y su entorno puede descubrirse mediante rutas que no tienen en realidad un itinerario marcado. Muchas empresas relacionadas con el sector ofrecen recorridos por las dehesas, mostrando los diferentes procesos hasta que el jamón llega al plato. La comarca de la ruta del jamón de Jabugo engloba un total de 31 municipios.
Los cerdos ibéricos viven en libertad en las dehesas, alimentándose de hierbas, frutos y cereales hasta que llega la montanera, de octubre a febrero. En estos meses es cuando el cerdo se alimenta casi exclusivamente de las bellotas de los alcornocales, encinas y quejigos y cuando se produce el engorde natural del cerdo, medido siempre en arrobas. Una arroba equivale a 11.5 kg de peso.
El proceso de salado y secado también es artesanal y lento. Tras la salazón, para la que el tiempo varía en función del peso y grado de pureza de la carne, viene el lavado para quitar todos los restos de sal. Después el jamón se deja colgado en alto entre 3 y 8 meses para eliminar toda la humedad, antes de pasar a la bodega donde reposará un mínimo de 18 meses, aunque el de bellota necesita entre 36 y 48 meses.
En Aracena, la capital de municipio, no dejes de visitar el Museo del Jamón. Si no tienes tiempo de hacer una ruta, allí podrás conocer todo el hábitat natural, historia y procesos de curación del jamón ibérico de bellota.
La ruta vinícola y licorera de la provincia de Sevilla se divide en cuatro zonas bien definidas: la Sierra Norte, La Campiña, el Aljarafe y el Bajo Guadalquivir.
En cuanto a los licores, los de Cazalla de la Sierra conservan su destilería y en el pasado incluso tuvieron su propia denominación de origen, anís de cazalla (Orden de 1952).
La tradición vinícola de la Sierra Norte, hoy un parque natural en las estribaciones de la Sierra Morena, está desde 1998 dedicada al cultivo de cepas nobles como Tempranillo, Cabernet Sauvignon o Chardonnay, con nuevos métodos de cultivo ecológico. El Alfaraje, una franja de tierra al oeste de Sevilla, es famosa por la elaboración del mosto, un vino blanco de baja graduación.
La zona del Bajo Guadalquivir, que comprende las localidades de Los Palacios, Villafranca, Lebrija y Utrera, por su cercanía al mar y ser de tierra baja, se dedica principalmente a la producción de vinos generosos, sobre todo finos y manzanillas.
Por último, la Campiña, la llanura en la depresión del Guadalquivir, cuenta con gran tradición vinícola y agrupa pueblos como Osuna, Alcalá de Guadaira, Fuentes de Andalucía, Utrera o Carmona. Todos dentro de la ruta bético-romana, que ha dejado importante patrimonio artístico, fortalezas, castillos e iglesias.