Madrid, situada en el centro de España, es una ciudad perfecta para organizar salidas de fin de semana. Súbete al coche y combina ciudad con excursiones a pueblos y serranías.
Alquiler de coche MadridSeñorial, elegante y bañada por el río Tajo, Toledo es una de esas capitales que siempre están presente en los libros de historia. Y, precisamente, historia es lo que no le falta a esta increíble ciudad en la que han dejado su huella los árabes, judíos y cristianos. La plaza de Zocodover es el punto de partida desde el que comenzar cualquier visita. Allí encontrarás cafés, tiendas y la oficina de Turismo en la que pedir información y coger mapas. Hablar de lo imprescindible en Toledo daría para escribir un libro. Entre esos lugares que no puedes perderte están la Catedral, una ruta por el casco antiguo y un paseo por la Judería, que debe incluir la sinagoga de Santa María la Blanca. Y ya que estamos en Toledo, no puedes dejar de ver en vivo y en directo la obra El Entierro del Conde de Orgaz de El Greco, en la Iglesia de Santo Tomé.
Después de degustar platos tradicionales como el cochifrito, las migas, las gachas, o la caldereta de cordero, dedica otro día a visitar El Toboso, el pueblo de Dulcinea, la amada de Don Quijote, y los impresionantes 12 molinos de viento de Consuegra.
Célebre por el cochinillo, el Acueducto y el Alcázar, Segovia es el lugar perfecto para pasar un fin de semana y combinar la ciudad con excursiones en coche por los alrededores.
Además de un bonito casco antiguo, Segovia cuenta con varios miradores desde donde observar la ciudad y su imponente Alcázar. No te pierdas el barrio de la Judería, quizá el que tiene más encanto, y el Cementerio Judío en la colina de El Pinarillo. Como curiosidad, Segovia cuenta con una pequeña casa-museo dedicada a Antonio Machado. La encontrarás en la calle de los Desamparados, donde vivió el poeta cuando era profesor de francés.
Para comer, además del renombrado cochinillo, en Segovia hay que probar el estupendo lechazo, la perdiz escabechada y el cocido de judiones de la Granja. Y, precisamente, la excursión a la Granja de San Ildefonso es obligatoria, así como lo es visitar los pueblos de Ayllón y Pedraza. Cerrar el fin de semana con un día dedicado a practicar piragüismo o paddle surf en el magnífico paisaje de las Hoces del río Duratón te ayudará a mantener a raya los excesos de la irresistible comida castellana.
Cuenca es famosa por sus Casas Colgadas (que no colgantes) y por la Ciudad Encantada. Aunque es imposible abarcarlo todo en un fin de semana, en un par de días se pueden descubrir algunos de sus rincones más mágicos. Las Casas Colgadas, tres edificios del siglo XV incrustados en un muro de piedra con los balcones de madera ‘colgados’, son ahora sede de un restaurante y del Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca. Cruza el puente de San Pablo, una estructura metálica que lleva al Parador y que salva la Hoz del Huécar. En cuanto a la comida, los zarajos, el ajoarriero o el gazpacho pastor son típicos conquenses y los puedes encontrar en muchos de los restaurantes de la capital. El Parque Natural Serranía de Cuenca, situado a menos de una hora en coche de la ciudad, es una excursión imprescindible, incluyendo una parada en el Ventano del Diablo, un mirador excavado en la roca. En la Ciudad Encantada podrás disfrutar de un fenómeno geológico de formaciones rocosas que parecen haber sido esculpidas con formas de animales y objetos, ideal para visitar en familia.
Medieval, preciosa, cuna de la Torta del Casar, el zorongollo, la chanfaina o la morcilla patatera, Cáceres tiene uno de los cascos antiguos mejor conservados de Europa. Buena muestra de ello es que fue declarado Patrimonio Mundial de la Unesco en 1986. Entra por el Arco de la Estrella y piérdete en sus callejuelas. Entre sus edificios de la Edad Media y el Renacimiento te parecerá que el tiempo se ha detenido. La muralla divide en dos el casco histórico, donde los monumentos imprescindibles son: los palacios de los Golfines (el de Arriba y el de Abajo), la Concatedral de Santa María, las Torres del Bujaco y de los Púlpitos y el Palacio de las Veletas. Este conjunto urbano maravilloso conquistó a los productores de “Juego de Tronos”. Aquí se rodó parte del tercer capítulo de la última serie, lo que sirvió para poner a Cáceres en el mapa. Por si esto fuera poco, la gran batalla final en esta última séptima serie, con dragones incluidos, nos llevó al maravilloso Monumento Natural Los Barruecos, en Malpartida de Cáceres. Allí, también puedes contemplar decenas de cigüeñas anidando en los enormes bolos de granito. Todo un espectáculo que no te puedes perder, seas fan o no de Juego de Tronos.