Un itinerario por el sur de la isla de Lanzarote ofrece al visitante maravillosas playas como la de Papagayo, un museo al que solo se puede acceder buceando, o el paisaje lunar volcánico del Parque Nacional de Timanfaya.
Para iniciar una ruta por el sur de Lanzarote nada como empezar por su capital, Arrecife. Centro cultural y administrativo de la isla, es una ciudad pequeña con un impecable casco histórico que cuenta con preciosos ejemplos de arquitectura canaria. Además, el centro está muy animado, lleno de tiendas y restaurantes con comida de la zona. Con poco más de 58.000 habitantes, Arrecife cuenta con una interesante oferta cultural que se centra principalmente en tres edificios: la Casa Amarilla, declarada Bien de Interés Cultural, con exposiciones en la planta baja; el Museo Internacional de Arte Contemporáneo (MIAC) y el CIC, Centro de Innovación Cultural El Almacén, un espacio polivalente siempre muy activo.
Alquiler de coche LanzaroteDe camino a la Costa Papagayo se pasa por el Puerto del Carmen, la zona turística por excelencia y el destino acertado si lo que quieres es salir por la noche. Aquí se concentran el mayor número de bares, pubs y discotecas de la isla. Si prefieres algo más tranquilo, lo mejor es continuar el camino hacia el sur, a la Punta Papagayo. Muchos consideran que es allí donde se encuentran las playas más espectaculares de Lanzarote. Dentro del Parque Natural de los Ajaches, la Costa Papagayo tiene preciosas playas de arena fina y aguas turquesas, aunque la impresionante playa de Papagayo, con forma de media luna, es la más famosa. Playa Mujeres o la playa de la Cera, todas cerca unas de otras, son también muy buenas alternativas.
Siguiendo por la costa hacia el oeste, enfrente del Castillo del Águila, en la bahía de las Coloradas, se encuentra una de las grandes atracciones de la isla de Lanzarote, el Museo Atlántico bajo el agua. Este museo es el primero de Europa que se encuentra sumergido. Inaugurado en 2016, es creación del artista Jason deCaires Taylor.
El objetivo del museo es claramente conservacionista. Se pretende que las esculturas, todas hechas a partir de hormigón con PH neutro, sirvan para crear un arrecife artificial que contribuya a aumentar la biodiversidad marina.
Para visitar el museo es necesario tener una titulación homologada de buceo hasta 16 metros, ya que las esculturas están a 12 metros de profundidad. Los centros de buceo disponibles en la página web del museo son los encargados de organizar las visitas, por lo que lo mejor es contactarlos directamente.
El recorrido marino suele durar una hora y la mayoría de las piezas y conjuntos escultóricos reflejan algunos de los retos que afronta la sociedad contemporánea, como por ejemplo el uso de recursos naturales.
Antes de entrar en el Parque Nacional de Timanfaya, tanto el pueblo como el municipio, requieren una visita obligada. Yaiza es un pueblecito precioso lleno de palmeras, casitas bajas encaladas en blanco y portones y ventanas en verde, desde donde se ven las famosas Montañas de Fuego. Visita la Casa de la Cultura Benito Pérez Armas y la iglesia del siglo XVII de Nuestra Señora de los Remedios. Muy cerca, a 5 km, está Uga, otra pedanía que cuenta con una de las ahumaderías de salmón más famosas, ya que todavía sigue utilizando métodos artesanales.
Ya en la costa del Parque Nacional de Timanfaya podemos parar en el pueblecito de pescadores de El Golfo y visitar su famoso Charco de los Clicos. Si coincide con la hora de comer allí tienen muy buen pescado fresco. La siguiente parada no puede ser otra que entrar de lleno en el Parque Nacional de Timanfaya, la joya de la corona de la isla de Lanzarote.
Debajo de un bellísimo paisaje volcánico, barrancos de lava petrificada y las llamadas Montañas de Fuego, que alterna los ocres, grises, negro y rojos, yacen pueblos enteros, huertos y caseríos de una tierra fértil que desapareció tras las erupciones volcánicas acontecidas entre 1730 y 1736.
En 1824 volvió a ocurrir, aunque desde entonces no se ha registrado ninguna otra erupción, pero la morfología de la isla había ya cambiado para siempre. Tras todas esas erupciones se originaron las Montañas de Fuego, que se pueden visitar dentro de la denominada Ruta de los Volcanes. Al Parque se accede en coche, aunque hay que dejar el vehículo en el aparcamiento habilitado del Islote de Hilario, ya que el recorrido dentro del parque se hace exclusivamente en autobuses. El restaurante El Diablo, situado dentro del Parque Nacional de Timanfaya y diseñado por César Manrique, tiene un horno externo donde se cocina aprovechando el propio calor de los volcanes.