Fuerteventura es conocida por sus increíbles playas, pero no dejes de descubrir su interesante historia a través de Unamuno, los mahos, es decir, los habitantes aborígenes antes de la llegada de los europeos, o sus batallas contra los piratas.
Alquiler de coche FuerteventuraEl 10 de marzo de 1924 Miguel de Unamuno llega a Fuerteventura como exiliado, despojado de su cátedra en la Universidad de Salamanca y suspendido de su sueldo. Ese fue el precio que tuvo que pagar por criticar en medios de comunicación extranjeros al dictador Primo de Rivera y al rey Alfonso XIII.
Unamuno solo estuvo cuatro meses en Puerto Cabras, hoy Puerto del Rosario, antes de fugarse a Francia, aunque el impacto de la isla fue enorme para él. A su vez el escritor también dejó su huella en la isla. El Hotel Fuerteventura, en realidad una pensión donde se hospedó la mayor parte del tiempo, es actualmente una casa museo dedicada a Unamuno. La habitación y el despacho se conservan prácticamente como los dejó, y también se pueden visitar las estancias comunes. Las paredes están decoradas con textos y versos dedicados a la isla y a sus habitantes.
Unamuno quedó prendado de la isla, de su bellísimo y solitario paisaje y de sus habitantes. A pesar de algún incidente con el vecindario, ya que le gustaba tomar el sol desnudo en la azotea, el escritor se adaptó muy bien a las costumbres locales y a una dieta sencilla de queso de cabra, gofio y pescado. Unamuno se fugó de la isla, rumbo a París, a principios de julio, pero hoy sigue presente gracias a este museo y a su estatua emplazada en la entrada.
El Centro de Interpretación del poblado indígena de La Atalayita se encuentra en el municipio de Antigua, en el valle del Pozo Negro. Situado a apenas 2 km de la costa, el yacimiento arqueológico está en un promontorio que se formó tras las erupciones de la Caldera de Laguna y la Caldera de Liria. Formado por 115 construcciones de diferente tamaño en excelente estado de conservación, ofrece una oportunidad de descubrir cómo vivían los mahos o majos, los habitantes autóctonos, antes de la conquista de la isla en el siglo XV. De ahí el gentilicio de majoreros para los naturales de Fuerteventura. Las estructuras tienen diferentes formas, con recintos vallados con piedra volcánica donde se cree que guardaban los animales, y cuevas vivienda donde pernoctaban. Tampoco debes perderte la montaña de Tindaya, un lugar al que los aborígenes le suponían propiedades mágicas y donde se han encontrado numerosos grabados con forma de pie.
Plantada en medio de un paisaje árido y con vistas a las montañas, la Casa de los Coroneles es una construcción única en toda la isla de Fuerteventura, como lo es su historia.
La Casa, ligada a la familia Cabrera Bethencourt, se construyó en el siglo XVII. Fuerteventura por aquella época no dependía del reino de Castilla, sino que funcionaba como un señorío donde los coroneles gobernaban en un régimen militar, pero también tenían el poder civil. Aunque empezó siendo una construcción más bien modesta, se fue ampliando y con los años se fueron añadiendo otras construcciones.
Fue declarada Bien de Interés Cultural en 1979. El Cabildo de Canarias adquirió el edificio en 1994 tras una intensa pugna con los más de 300 herederos. Finalmente se abrió al público en noviembre de 2006, cuando se completaron los trabajos de restauración. Actualmente hay planes de reconvertirla en un Museo de la Historia.
Betancuria, en el centro oeste de Fuerteventura, fue la primera capital de Fuerteventura. Debe su nombre a su fundador, Jean de Béthencourt, que conquistó la isla y fundó Betancuria en 1404 junto a Gadifer de la Salle. Desde entonces la localidad se convirtió en el centro administrativo y religioso de la isla. Pero también militar, porque Betancuria sufrió con frecuencia el acoso de los piratas. En Betancuria se levantó en 1416 el primer convento de las Islas Canarias, el convento franciscano de San Buenaventura, hoy desgraciadamente en ruinas.
La iglesia de Santa María de Betancuria, originalmente del siglo XV y que en su día tuvo rango de catedral, es el principal templo del pueblo. Esta iglesia requirió una gran obra de restauración tras la incursión de los piratas berberiscos en 1593, cuando la leyenda cuenta que se llevaron a 600 habitantes.
Hoy en día es un encantador pueblecito con cierto aire colonial, que puede servir de campamento base para visitar esta parte de la isla.